A cada rato levanto la vista y veo un lagartijo. A veces veo un lagarto, los lagartijos que hacen un rotito por lo general, un túnel debajo de la casa o balcón. Son más grandes que los lagartijos y se arrastran por el suelo, no suben por las paredes.
Esta vez levanté la vista, y vi una iguana. ¡Qué iguana!
Hoy estoy presa en mi casa... porque en la Iglesia están pintando y no puedo estar cerca del olor. Y presa de la bruma, aunque no hay tanta hoy. Me tomé el medicamento (Neurontin) para que el dolor en la piel y los músculos sea tolerable. Nunca se va del todo, pero me hace la vida un poquito más fácil de vivir y no estoy con ganas de llorar y restregarme.
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