Yo oigo mucho acerca de "violación de derechos humanos" por distintos grupos. Entonces, los que dicen que uno está violentando sus derechos y es "intolerante" está haciendo lo mismo que al que acusa.
Me explico, por lo menos, trataré.
A mí me gusta el color púrpura. No me gusta el verde. Todo lo que hago en mi tienda de repostería es color púrpura. Ni siquiera tengo un color verde. Así que, si tú quieres un quesito, sabrás que va a ser color púrpura.
Viene una señora y quiere un quesito verde. Le digo, señora, yo no hago quesitos verdes, solo púrpura. Entonces, se va gritando de mi tienda, diciendo que estoy discriminando contra ella, porque ella prefiere lo verde y yo rehuso hacerlo.
Dicho sea de paso, en la próxima calle, hay una repostería que hace quesitos púrpura, verdes, amarillos y azules. Se lo recomiendo, pero ella rehusa ir allá, me quiere obligar a hacerle quesitos verdes. Y dice que soy intolerante simple y sencillamente porque me da la gana de montar mi negocio y vender lo que yo quiero.
Mi amiga Mayra, que en paz descanse, decía, "Siempre habla quien menos puede".
Si tú me quieres obligar a hacer algo que yo no quiero, no solo eres intolerante a mi preferencia de color, sino que quieres que yo abandone mi identidad de púrpura y cambie. ¿Quién es el intolerante?
Quizás yo debiera ir a un negocio de motocicletas a insistirles que me vendan un gatito. O un gallo.
El punto es, que si tú me quieres obligar a hacer algo que yo no quiero hacer, sencillamente por TU preferencia, entonces TU me estás violentando mis derechos, y no vice versa.
Abran los ojos, señores, a lo que está sucediendo en Estado Unidos de América y por ende, en Puerto Rico. No pretendo ser una experta en derecho, pero sí pretendo defender mi derecho a hacer quesitos color PURPURA.
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