Un, dos, tres, probando...
Estoy probando a ver si las acerolas no me hacen daño. ¡¡Son TAN Y TAN RICAS!! Hasta ahora, no hay ninguna reacción, gracias a Dios. Y a Lourdes, mi mejor amiga, que vino de paracaídas ayer con una bolsita de acerolas de su arbolito y una mano de guineos, también de su propiedad. En otras palabras, no hay pesticidas, y no fueron rociadas con productos que contienen derivados de maíz...
1 comment:
Qué bendición poder comer algo diferente y qué bendición es tener una amiga que vela por ti.
Estela
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